A veces cuando se supone que todo va bien, llega un momento en el día que pierdo la paciencia para buscar la tranquilidad que necesito para ser otra vez humano.
Tal vez pienses que estoy enfermo o loco y que necesito visitar al médico, pero prefiero tomarme mi vida con sosiego y no ocultarme más en disfrazar toda las verdades que he llegado a decir por no herir.
A veces cuando se supone que todo va bien, va, y llega un mal día por los recuerdos del pasado que quiero desechar de mi mente. Pero aun veo que mis frágiles manos están heridas por intentar romper esos recuerdos contra el agua del mar.
Me rindo y me siento en la gélida arena triste y agotado viendo como las manos se desangran por una ilusión utópica y en lo divertido que sería sentirme como una piedra que se ahoga en el fondo del mar.
A veces cuando se supone que todo va bien, camino tras las huellas que deja la lluvia en una fría mañana de diciembre. Sigo la tibia luz del sol y solo pienso que algo nuevo empieza y mi suerte cambiará tarde o temprano con ello.
Me mirarás a los ojos y verás una sonrisa brotar en mi pálido rostro al ver que mis débiles manos ya no sangrarán más por ti.
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