Rey del Dolor

jueves, 17 de febrero de 2011

Las etapas de la borrachera...común


Tras numerosas, y sin numerar, quejas recibidas, y esquivadas en el mismo momento, por parte de los grandes filósofos de nuestro siglo, que yo me pregunto, ¿grandes?, ¿de que?...y ¿filósofos? Que pasa, ¿que por decir cuatro “tontadas” se creen el ombligo del mundo?

Volviendo al tema, el equipo de “La historia no nos enseñará nada” va tratar, o al menos aparentarlo, el tema que tiene a medio mundo con dolor de cabeza agudo, y al otro medio con una fuerte jaqueca medieval de tintorro de frasca de barro.

El tema que hoy trataremos con la parcialidad e incompetencia que nos caracteriza, serán las distintas etapas que sufre el ser humano o similares en la borrachera común y vulgar denominada en su lejano origen hindú “borracherum maximun pedum”.

Para realizar este dipsómano análisis, vamos a seguir los parámetros que marco en su noche el profesor Ron Bebescu experto en antropología de las lenguas marinas y también especializado en la rama del árbol del castaño dentro del proceso bursátil de las gallinas blanquiviolentas cuando incuban sus huevos en la universidad internacional de Villapalos de abajo a la derecha.

El primer intento, como es común denominador dominado, no resulto del todo bien, no elegimos bien el tipo de alcohol, ya que el becario debió entender mal las indicaciones y compro alcohol al 96% y al cabo del rato no muy largo, uno del equipo murió en extrañas consecuencias echando espuma por la boca, que malas son las drogas. Una vez enterrado y despedido el becario, volvimos al segundo intento, esta vez con cerveza siendo sus resultados los siguientes:

- Primera etapa: “A mí un par de birras no me afectan”:

En esta etapa inicial se da la típica situación donde el sujeto o predicado se niega en un principio a beber pero poco a poco, o engañado o no, y traguito a traguito el sujeto en análisis va cayendo en la tentación de la bebida y con ello va cogiendo confianza, además de una buena cogorza, entrando en materia y con ello perdiendo lo poco de la dignidad que le puede quedar.

También va experimentando sus primeros cambios, ahora sabe de todo, es un experto consumado en todo lo que se habla, pierde la vergüenza pero no toda, y piensa que es el centro de toda la atención, todo lo que dice parece importarle a todo el mundo… - “¡mentira!, ¡chaval, espabila!"- Solo le importa a otros borrachos en etapas más avanzadas, aunque el sujeto que permanece en esta etapa aun se mantiene algo cuerdo, pero por poco tiempo.

Es de las pocas etapas, por no decir la única que el sujeto o pollo, recordará con cierta claridad algo de lo sucedido en la misma, una vez experimentado el resto de las etapas su cerebro desaparecerá. A este tipo de comportamiento se le conoce, según el matemático en sociología alimenticia Isaac Kbao como el teorema de “¡hasta luego!, que yo me las piro, ¡pringao!”.

A esta primera etapa también se la puede llamar “filosofo borrachín” o como también lo denomina el profesor P.D. deLargo “bebo por que existo y existo para beber”. En esta etapa primera al sujeto le puede dar por idear un mundo mejor, una vida mejor…está borracho, mejor no hacerle ni puto caso.

- Segunda etapa: no me acuerdo.

- Tercera etapa: no recuerdo nada.

- Cuarta etapa: sigo sin acordarme.

- Quinta etapa: nada, mente en blanco.

- Última etapa: “Como coño llegue yo a casa”.

Con sus múltiples y impracticables variantes sobre lo sucedido. Además de hacerse el sujeto a si mismo unas cuantas preguntas: -“¿Cómo llegue hasta aquí?, ¿Dónde cojones estoy? y ¿Quién coño esta durmiendo a mi lado?”-.

Me da mí que habrá que repetirlo...¿no?

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