Rey del Dolor

jueves, 10 de febrero de 2011

Encuentros con extraterrestres, segunda parte


Cuando abrí los ojos estaba en una pequeña habitación blanca donde aparentemente no había ninguna puerta. Sus paredes eran totalmente lisas salvo por una diminuta ventana redonda desde donde se podía apreciar el vacío del interminable universo y destacando en él, toda la belleza de la Tierra. Me sentía frágil y excitado al mismo tiempo.

-“Hermoso, ¿verdad? Es una pena que vuestra especie lo habite y lo destroce”-. Dijo sin avisar el pequeño extraterrestre tras de mí, rompiendo todo mi momento de paz…"ese pequeño cabrón”.

Me gire y me abalance hacía él. –“¡Ahora sabrás lo que es bueno!”-. Pero de repente ahora la habitación era mucho más amplia y mi pequeño amigo estaba en la otra punta de la habitación. Corrí hacía él pero cuando iba a cogerlo del cuello me estampe contra un cristal que le protegía y caí al suelo lleno de dolor…juro que no lo vi.

-“Serás mamón”-. Grité mientras el pequeño extraterrestre sonreía irónicamente del ostión que me di contra su escudo. “Esto tiene más trampas que una película de chinos”.

-“¿Te gusta?, resistiría incluso un ataque de miles de elefantes. Fino pero duro”.- Dijo golpeando suavemente el cristal.

-“Si no estuviera ese escudo te daría una patada en tu minúsculo culo”-. Le amenacé desde el suelo, aun dolorido del golpe.

-“Si, bueno. Ahora tú eres…digamos nuestra puerta para que vuestro mundo nos conozca de una vez por todas”-.

-“Así que quieres invadirnos, los humanos te lo pondrán difícil. Y de mí no sacarás nada”-.Me puse de rodillas, frente a su cara mirándole desafiante a los ojos.

El de nuevo sonrío y tras uno segundos de pausa de nuevo hablo.

-“Veo que los humanos no aprendéis, una pena de especie. Sois tan previsibles que es una pena que seáis tan…no se… ¿humanos? Ja ja ja”-. Ahora se paseaba con aire de superioridad por la habitación. –“Aun los humanos no habéis aprendido nada, sois una especie inferior y con muchos defectos…y sobre todo lleváis mucho odio en vuestro interior, es normal que os matéis entre vosotros”-.

–“Yo no tengo odio, solo te odio a ti…y tal vez…”-. Intenté contestar a sus palabras…

-“Deja de decir estupideces humano”-. Me interrumpió. –“no estoy aquí para oír tus estúpidas lamentaciones”-. Y de nuevo sonrío. -“Tenemos muchas cosas de que hablar, me serás muy útil para mis propósitos que tengo para la Tierra y tú me ayudarás jajaja”- “dentro de unos minutos vendrán los guardias y te llevarán a la gran sala y allí…jejeje…bueno, ya lo sabrás”-. Y dio media vuelta y desapareció.

Me quede pensativo. Estaba solo en esto. Me dirigí hacía la minúscula ventana y observe a la Tierra, ilusa del peligro que se le iba a caer encima.

Al rato aparecieron dos guardias armados con extrañas armas y me ordenaron que les acompañase. “A ver que sorpresita me esperaba en esa sala”. Metí las manos en los bolsillos resignado a mi suerte y noté que había un pequeño papel dentro que antes no estaba. Lo saque con cuidado y en él decía: “No todos estamos de acuerdo con nuestro capitán, te ayudaremos a salir de aquí, te ayudaremos a salvar tu planeta”..."¡Mierda! yo no quiero ser un héroe".

No hay comentarios: