Rey del Dolor

viernes, 14 de enero de 2011

Rasaqkum - capítulo I


Tal vez están sean mis últimas palabras que pueda escribir en este pequeño diario de a bordo como capitán de la nave espacial Summoner procedente del planeta Tierra.

La situación actual de mi tripulación y de la mía propia, como la del resto de los supervivientes, es cada día más precaria. No se cuanto tiempo llevamos viajando a la deriva, pero la falta de alimento y la escasez de agua es cada vez mayor. Añadir que también la nave está dañada y con los medios que tenemos es imposible de reparar. Son pocas cosas que responden en ella, lo suficiente para mantenernos aun con vida.

Todos dentro de la nave tenemos en mente cual será nuestro fatídico destino, pero nadie quiere hablar de ello. Perdidos por el vasto y oscuro espacio profundo, a millones de kilómetros de nuestro hogar, a millones de kilómetros de nuestras familias.

En mi mente aun está reciente todo lo sucedido, tanta muerte, tanta sangre. Somos pocos los que hemos podido huir de aquel terror. Apenas quedan miembros de mi tripulación vivos, apenas queda gente que haya sobrevivido al infierno que supone el planeta Rasaqkum.

Ahora que aun me queda algo de cordura, alguien debe conocer nuestra desampara historia antes de caer en el infinito olvido y padecer en la inmensidad del tenebroso y profundo universo que estamos condenados a soportar por el resto de nuestros días.

Llevamos ya demasiado tiempo viajando sin una dirección concreta y sin comunicación alguna con la Tierra o el resto de las naves que partieron hacía Rasaqkum. No podemos ni siquiera enviarles un mensaje para advertirles del terror que les espera el cual nosotros ya sufrimos.

Nadie aun ha respondido a los mensajes de SOS que llevamos mandando al espacio desde que huimos de aquel maldito lugar. No hay ninguna señal, solo un silencio que consume poco a poco nuestras frágiles almas.

Perdí la noción del tiempo y no logró, ni la tripulación ni yo, recordar en que fecha estamos. Sé que salimos en septiembre 2378 año terrestre.

Partimos de la tierra con destino al planeta Rasaqkum situado en el noveno, y último, cuadrante del universo conocido. Ese era nuestro destino, ese fue el principio de nuestro final.

Allí vi cosas que nunca creí que podría haber. Ya de poco servirá rezar, estamos solos en esta zona desconocida del universo, vamos hacía una muerte lenta y segura.

Mi nombre es Marius, y está es nuestra historia...

(Continuará)

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