Mis pasos no son perfectos, ya no se como acertar. Siento que el invierno ya me invade de nuevo, son las sombras que se acercan a mi ejecución.
¿Cuántas veces me oyes decir que soy tan imperfecto como cualquier otro ser humano?, ¿cuantas veces tengo que pedir perdón al jurado por amar lo que he destruido? y ¿cuantas veces tengo que ser castigado para tener tu indulgencia?.
Tengo la sensación que nunca debo errar pero nunca hice aquellas promesas que podría romper. Mi vida es como si cantará al viento o escribiera en la superficie de un gran lago azul.
Ahora me siento suspendido de un solo hilo entre mis temores más oscuros y mi mayor y utópica esperanza. Soy como un pez atrapado en tierra firme que lucha para evitar alguna mano me ayude.
Me llego a preguntar si alguna vez lo que había estado realizando desde que el mundo era negro ha valido para algo. Escondo mi cara entre las manos, los pozos de mi vergüenza me hacen ver que mi existencia cómoda se reduce a una fiesta sin sentido superficial, ahora ya solo veo tras mi espalda una lápida con mi nombre.
Las sombras siguen cayendo sobre mi cama cada vez que la lluvia cae mientras yo me hundo como una piedra lanzada al océano con mi lógica ahogada en un mar de emociones. Esto solo es otra página del libro de mi vida, un libro que aun tengo miedo a escribir...¡joder!, en serio, debo beber menos.
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