Éramos la segunda expedición tripulada que se dirigía hacía el planeta Rasaqkum. Allí seriamos recibidos por la primera que partió justo un par de años antes que la nuestra. La misión de esta primera expedición era analizar todo lo que encontraran en el planeta y comprobar si esas condiciones que habían sido remitidas por las sondas que se enviaron en los años anteriores eran las correctas.
Tras enviar los primeros datos, todo parecía correcto y mucho mejor de lo que se esperaba en un principio. El planeta descubierto era una copia mejorada de la Tierra. Era la esperanza que se buscaba desde hace siglos por los humanos, hallar un planeta semejante al nuestro con las condiciones precisas para albergar vida, nuestra vida.
Con todos los datos obtenidos y para adelantar el trabajo de la primera misión, nuestra expedición, algo menor de número de expedicionarios que la primera, se adelanto unos meses y partimos hacía Rasaqkum.
Nuestra misión no era otra que seguir con el desarrollo y la preparación del planeta que se había iniciado por parte de los que ya estaba allí para la colonización masiva, ya que nuestro planeta se moría muy lentamente y no tenía ya ninguna cura posible.
El drástico cambio climático y la constante contaminación habían logrado convertir más de tres cuartas partes del planeta en un desierto sin vida, donde el agua era su tesoro más preciado. Solo quedaba en la Tierra apenas un millón escaso de personas censadas, ya que la mayoría había muerto a causa del aumento del calor que llevo a la falta de agua y escasez de alimentos. Solo en unos pocos lugares de la Tierra la vida aun era posible, pero sería por poco tiempo. Solo muy pocos aun sobrevivían y eran la esperanza de la humanidad para seguir existiendo como raza, pero debería ser en otro lugar lejos del cual había sido nuestro hogar hasta ahora.
Analizar y catalogar todo ser vivo y plantas que halláramos en el planeta era la principal misión del personal que viajaba en mi nave. Botánicos, veterinarios, varios científicos, un médico y algún ingeniero eran los pasajeros que completaban la expedición hacía el planeta nuevo para esa labor conferida. Todo esto se colmaba con toneladas de material para ir preparando al nuevo planeta para la llegada del resto de la raza humana. Una colonización que se haría de forma muy escalonada, una vez que Rasaqkum estuviera preparado para ello.
Mi tripulación formada por seis personas, todos ellos como yo mismo militares. Todos llevaban bajo mi mando muchos años y esta era la misión, de todas las que hemos hecho juntos, más importante de nuestras vidas.
Nuestra misión principal, como militares, era proteger y acompañar a esta gente. Además, al llegar allí, y con la ayuda de unos espeleólogos, teníamos el encargo de investigar la existencia de unos extraños monumentos y edificaciones, estas aparentemente artificiales de forma piramidal, muy parecidas a las que existían en la zona llamada antiguamente Egipto.
No se hallaban muy alejadas de donde debíamos aterrizar pero en contra, solo teníamos unas pocas imágenes tomadas y mandadas por las sondas. No se veía con precisión ya que estaban muy borrosas, algo extraño, ya que el resto de las imágenes tomadas del planeta eran perfectamente nítidas. Este problema no solía ser normal en las sondas que se enviaban para la investigación al espacio exterior.
Con las imágenes obtenidas no se pudo sacar con exactitud la edad que podrían tener esas estructuras, pero tampoco la información que provenía de tales sondas no alertaban de que en ese planeta hubiera vida inteligente alguna que hubiera construido esas pirámides, pero había que investigarlas, que eran y cual podría ser su origen.
Con todo, partimos de la Tierra con mucha ilusión por ver un planeta que tenía todo aquello que nuestros antepasados vieron y disfrutaron y que nosotros solo lo conocimos en imágenes. Grandes océanos azules, montañas nevadas, grandes bosques…sentir un aire puro que hace muchas décadas la Tierra dejo de tener.
(Continuará...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario