Rey del Dolor

martes, 1 de marzo de 2011

Mi viaje secreto III


He viajado por muchos oscuros senderos en mi corta vida y he encontrado muy variopintos personajes en las posadas perdidas donde he dormido. No se si eran reales o solo eran imaginaciones de mi débil y ebria mente, pero allí estaban cada noche.

En una de ellas y no hace mucho tiempo, un hombre regordete y de pelo rojo tras una discusión con un hombre vestido de negro, se subió a la barra.

Iba bastante borracho y apenas podía mantenerse de pie. A pesar de ello logró subir y tras un trago largo de vino nos dijo a todos los que estábamos allí –“Nuestra historia está escrita en un gran catálogo de grandes crímenes. Así es la historia, vidas ocultas y oscuras que bajo maliciosas mentes quieren apoderarse de nuestras almas”-.

Y una voz entre la parroquia de la posada le gritó –“¿Y quién son esas mentes maliciosas?”-.

El borracho nos miro muy serio, con preocupación en los ojos y señalando a donde estaba el hombre vestido de negro, contesto –“Nadie lo sabe bien. Estan en las sombras esperando a que nuestra fe se desvanezca y luego arrancarnos nuestra alma”-. Y cayó al suelo desplomado donde lo único que se le oyó fueron sus impenetrables ronquidos.

El hombre vestido de negro que le acompañaba ya no estaba en la mesa que compartía con el borracho regordete, nadie recordaba a ese hombre de negro. Todo el mundo volvió a su pequeño mundo y a sus frascas de vino como si nada hubiera pasado.

Las palabras de aquel hombre del pelo rojo me hicieron pensar, tal vez busque, sin querer, algún consuelo en los mundos ajenos a mi realidad. No se si seré el único, pero tal vez tengamos miedo a conocer la verdad que no nos cuentan.

Salí de la posada, algo ebrio, y continué mi camino sin un destino fijo donde poder encontrar alguna salida hacía algún mundo ajeno a nuestra propia realidad.

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