Rey del Dolor

martes, 12 de junio de 2007

Los amigos del novio


Hoy el equipo de “la historia no nos enseñará nada” va a tratar, con su eficacia y malversación de fondos contrastada hasta en el norte de Madagascar, uno de los comportamientos que tanto tienen en vilo al ser humano y también a la mujer, en especial a esta última. Que es el comportamiento de los amigos del novio en el enlace matrimonial del mismo con la parienta o algo parecido, en pocas palabras, como deben comportarse en cada momento para levantar las máximas sospechas de la novia.

Si el novio, el pobre, al final quiere caer en ese infierno, nombre que es vulgarmente conocido al matrimonio, los amigos deben hacerle abrir los ojos. Tras una despedida con stripers, prostitutas, alguna ex novia invitada causalmente o este ha sido capaz de volver de Finlandia, donde termino el susodicho tras la despedida sin dinero ni documentación. Si después de estas putadas realizadas y por haber, los amiguetes del novio son invitados, eso si con la no aprobación de la novia, el gran enemigo, deberán seguir una pautas de comportamiento que vamos a describir a continuación, tanto en la iglesia como en el banquete.

Dentro de la iglesia, lugar sagrado, o eso dicen, nos debemos colocar a la entrada del misma y al lado derecho, ¿Por qué?, sencillo, por dos razones elementales. La primera es que lo primero que la novia vea al entrar en la iglesia sea a nosotros, cosa que la pondrá aun más nerviosa y cabreada al ver sobre todo nuestras sonrisas más blancas e irónicas que podamos poner. En segundo lugar y la más importante, que es la zona más segura para poder huir una vez que el cura haya iniciado el sermón.

La huida se puede hacer de dos formas, la primera llamada por el ingeniero gastronómico Felipe Chos “paradoja de la avalancha fluvial en términos alcohólicos de barra de bar”, o la segunda opción, más formal pero más lenta, de salir en uno en uno teniendo el destino el mismo que el anterior, el bar. Un templo aun más sagrado que el anterior donde los amigos del novio harán su propio rito del enlace.

En la huida, siempre hay que dejar un cabeza de turco en la iglesia, este se puede elegir a suerte o que este con la novia o simplemente se le engaña. Este tiene el único cometido de informar de cuando termina la ceremonia para salir zumbando del bar y así estar en la puerta de la iglesia para lanzar y si es posible a dar, el arroz, garbanzos, sandias…y lo que se tercie cuando salgan los recién condenados, y como no, comentar las mejores jugadas de la ceremonia, “¿Qué bonita iba la novia?”, “¿Casi lloro con los votos?”, “¿Qué bellas palabras del padrino?”...

Tras este cometido, se debe volver al bar para terminar nuestra particular ceremonia en honor del caído y sobre todo empezar a coger la borrachera que será la mayor cómplice de lo que venga posteriormente.

La segunda parte transcurre en lo llamado el banquete, allí la cosa de actuación se divide en tres grandes momentos, el aperitivo, la comida y el baile.

En el aperitivo hay que arrasar con la bebida, bueno, esto es siempre hay que arrasar con la bebida, y si es “gratis” con más razón todavía. No hay que dejar títere con cabeza, ni con la bebida ni con los aperitivos, eso si, al camarero se le preguntará siempre “¿que coño es lo que me estoy comiendo?” ya que lo típico es comer cosas raras mezclado con cosas aun más raras, dando que alguno pueda caer en un ataque alérgico…y no es coña.

Dentro del aperitivo, es el momento de estudiar al enemigo, las amigas de la novia. Estas estarán ya prevenidas de lo que somos capaces de hacer…pero también puede quedar la primita de la misma, que tal vez no este avisada y sería un gran golpe a favor de nuestro cometido. Hacía ella iríamos todos como buitres, aquí y en este momento ya no vale la famosa frase cuando éramos unos inocentes adolescentes “si uno triunfa todo el equipo triunfa”… ¡FALSO!…siempre en cada grupo había uno que triunfaba y siempre lo hacía por le bien del equipo… ¡MENTIRA!, son solos leyendas, que el profesor en cartografía animal Keko Ñodigo lo denomino “la gillipoyez alcohólica adolescentica de los años 90s y sus posteriores consecuencias con la paradoja subliminal del nuevo milenio”

Nunca ni jamás se debe atacar a las primitas del novio salvo que sea con buenas intenciones, pero como nunca lo es…, mejor seguir las pautas marcadas desde el principio.

Al saludar a los novios al llegar la cosa debe estar bien clara. A ella se le da la enhorabuena: “¡felicidades!”, “te llevas un sol”, “con que gran chico te has casado, cuídanoslo”… y a él, como no, el pésame. Todo lo que se le diga debe oírlo la novia: “¡tío ¿Qué has hecho?”, “no te merece”, “es una bruja”, “aun tienes tiempo de huir, nosotros te ayudaremos”… y cositas así.

Otra cosa que se debe hacer es comentar antiguas hazañas del novio con el sexo femenino, con el propio y con los familiares más cercanos, en voz alta y grandes risas para que la novia lo oiga y siga su mosqueo en aumento, esta fase la denomino el profesor de biología geóloga Kekaga Daremos “por que coño he invitado a estos cabrones a mi boda…si yo los odio”, también conocida como la “paradoja del elefante rosa y el besugo ancestro gallego”

Luego pasamos a la cena, eso sí, estaremos en la mesa más alejada e incomunicada de todo el salón, todo preparado por la novia. Da igual, con ese obstáculo ya contábamos. Nuestra misión en está situación son los cánticos más fuertes y brindis de los más surrealistas que uno se pueda imaginar, ya no vale el típico “¡vivan los novios!” o “¡que se besen!”. Ahora hay que ser aun más bestia, pero obviare estos cánticos bestiales para que en próximas bodas todo salga como es debido.

Otro aspecto de la mesa de los amigos del novio es tirar pan, migas, las gambas…a la mesa de los novios, o también a la mesa más cercana. También se puede llenar de salsa rosa o restos de comida los sobres del dinero…etc. El remate final de la cena es coger la corbata, aunque lo suyo son los calzoncillos del novio (hay costumbres que no deberían cambiar), y el liguero de ella, casi misión imposible pero por la causa seguro que no los presta. Una vez obtenido el liguero y el calzoncillo estos se trocean y se ponen en una bandeja y con una botella, mayormente de anís del mono, y una cuchara y con todo esto mesa por mesa cantando como fuéramos una tuna cualquiera, ya que una boda sin su tuna no es una boda, recaudando todo el dinero potencial dentro de la botella para la posible fuga del novio en medio del baile cuando en ese momento piense que la ha cagado y aun es joven para morir, por que ya se sabe, el matrimonio el principio del fin.

En el baile los amigos del novio deben ser el centro de atención y la animación, cosa que, salvo la novia, lo agradecerá todo el mundo, sobre todo los padres del novio y más en concreto la madre del novio que nos tiene a todos como unos chicos maravillosos, eso si, nunca perder de vista a la primita de la novia y a los buitres del resto de nuestros amigos.

La pista es nuestra, la barra libre del bar también. No se puede dejar existencias, nos debemos beber todo, hasta el agua de los floreros. Con el paso de la noche la cosa debe degenerar a lo máximo. Tirando tejos a todo lo que se meneé, sobre todo a las amigas de la novia que con el alcohol están más vulnerables ya que con las copas, todos pierden la memoria. Pero la fiestas debe continuar, si la cosa sigue impenetrable, bailando hasta con la abuela de la novia, con la corbata en la cabeza haciendo el indio hasta el amanecer, es nuestro sino aunque no lo queramos hacer pero es por el bien de nuestro amigo, si es necesario un golpe en la cabeza y huida a medianoche, pero por culpa del alcohol no se podrá realizar, una pena.

Tras acabar, nos espera una resaca de varios días, por que ya uno no tiene 20 años y es ahora cuando uno se da cuenta que se hace mayor pero en todo caso, con todo mi cariño, ¡Enhorabuena Iñaki!

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