Rey del Dolor

miércoles, 16 de mayo de 2007

La relación del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega con su madre y el gañan finlandés.



Tras recibir millones o incluso trillones de Emails por vía oral por la polémica suscitada por el presunto pero aun no culpable estudio, sin acabar ni empezado, sobre el hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega. El numeroso equipo que compone “la historia no nos enseñará nada” al completo, o sea, yo mismo con mi mecanismo de chupete, ha vuelto a investigar, por llamarlo de alguna forma, sobre el susodicho tema tan histórico como superfluo que perdura entre los siglos y los milenios y también entre mucho polvo, pero lo de trabajar en ello aun esta por ver, esto apenas da beneficio por no decir ninguno.

Este misterio misterioso debemos compararlo, o no, con otro gran enigma enigmático que tiene sin dormir y también sin pegar ojo a gran parte del globo terráqueo terrestre, donde yo no me incluyo, yo duermo como una marmota, y al propio hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega, que lleva sin pernoctar varios días al estar de jarana en Benidorm con su gran amigo intimo el hombre gañan de los pueblos exteriores del sur de Finlandia, sin las supuestas connotaciones homosexuales que uno podría sospechar, pero no los sospechamos…aun.

Este nuevo enigma enigmático, es nada más y nada a la derecha que la verdad sobre los elefantitos rosas en la primera y posteriores fases en las que se divide por tres más cinco el coma etílico y su relación de estos elefantitos rosas con la evolución aritmética del lagarto bicabezal de cama con sangre verde y blanca llamado también lagarto Lopera Juancho. Este bicho tan peculiar es residente con su pareja, la lagarta Obregón, en las más calurosas aguas heladas de los marchitos y floreales océanos que rodean a todos los pueblos interiores del sur de Noruega.

Entre todos los investigadores, si hay alguno vivo, de este misterioso e insufrible tema, destaca la del profesor y matemático de Filología endocrina antigua, Nelson Ado, que tras años de inconstante investigación y de darle sobre todo al buen tintorro, concluyo tras una de sus múltiples y constantes trompas que cuando el individuo más se involucra en el coma etílico más opciones tiene de tener contacto con los elefantitos rosas, a este proceso lo llamo teorema “Si bebes… no conduzcas” o también denominado “El pájaro Cuco canta antes de morir por que después es científicamente imposible”.

Dichos teoremas fueron expuestos por el mismo en la conferencia astral “Por que me traen churros si yo les he pedido un pincho de tortilla sin huevo y con mucha mayonesa”. Llegando los asistentes de esta distinta y otras conferencias que no tenían nada que ver con la suya, ellos habían pedido un croissant a la plancha, a la gran e irrefutable conclusión, que tal profesor Nelson Ado estaba colocado de Maria, supuestamente su secretaria, y debía ingresar inmediatamente en el psiquiátrico más cercano, por que todo el mundo sabe o que también lo ignora, que el lagarto Lopera Juancho de toda la vida es de sangre caliente como la parapsicología y la ciencia ha demostrado infinidades de ocasiones falladas, que además, el bicho este es alérgico a la tortilla, le gusta bailar la bamba e incluso es socio del Sevilla.

Tras está breve pero en cambio ineficaz explicación, uno de los componentes de “la historia no nos enseñará nada” ha viajado en cayuco de clase bajo coste, hasta las más profundidades de los pueblos interiores de Noruega para poder tomar contacto con un espécimen de aquellas remotas y me devuelves la pelota tierras y así poder estar en su habita natural y artificial para estudiar el comportamiento en primera o segunda fila, del hombre urbanita de aquellos extraños pero en cambio masificados páramos del sur de Noruega. Es lo que tiene el turismo de sol y playa, construyen en todas partes.

El problema surgió cuando el susodicho y incompetente componente se equivocó de cayuco en el trasbordo que hizo en las islas Marianas del Norte, debiéndolo hacer en las del Sur, islas situadas, ambas dos, en el centro de Bolivia, terminando por ello su aciago viaje en Etiopía del Sur, eso también pasa por no viajar en turista y coger los viajes de bajísimo coste. Allí, en Etiopía del Sur, nuestro compañero y menos amigo, se perdió y no se encontró para el final ser devorado sangrientamente y con violencia, aun desconocida, por el simpático pájaro de pequeña estatura Cuicaokmord, que basa su total alimentación en hierbas adulteradas al ajillo con poca sal y que tiene un carácter muy pacífico y amigable como todo el mundo conoce, salvo nuestro ex-componente. (Algo le diría al pobre pajarito y este se lo tomo mal, no se puede ir provocando…que luego pasa lo que pasa, ¡hombre de Dios!)

Con todo lo sucedido, reunimos al resto de los componentes en el centro de operaciones de nuestra investigación, el bar de la esquina, para decidir que hacer. Después de terminar con las existencias de cerveza y panchitos, al final se decidió llamar a un espécimen de esos por teléfono, eso si, a cobro convertido, que no estamos para mucho ni pocos o ningún lujo tras endeudarnos con el bar.

Tras varios intentos muy fallidos, tal vez por la ingesta de alcohol, y tras comprobar que no llamábamos a los pueblos interiores del sur de Noruega si no a los pueblos del extrarradios de la costa del mar Eresma al sur de Segovia. Es un lugar habitado por extrañas criaturas del sur de la Polinesia Hawaiana y con un singular idioma de un origen desconocido, tal vez arábigo, que aun nadie ha podido descifrar. Tras este constante fracaso, decidimos probar con otro teléfono, el del bar estaba estropeado, no tenía el botón del siete y tampoco del cuatro, solo tenía el de re-llamada, así siempre contestaba la misma señora de los pueblos del extrarradio de la costa del mar Eresma al sur de Segovia.

Después de largos minutos de espera, exactamente uno y siete segundos, dimos con un hogar típico de aquella tierras, de los pueblos interiores del sur de Noruega, pero el problema, otro más, surgió cuando al preguntar no dimos con ninguno de ellos ya que estaban en horario laboral de 22h a 21h, así que nuestra conversación fue con la madre de uno de los especimenes que queríamos estudiar, llamada también, madre del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega, cuyo hijo estaba de farra en Benidorm y llevaba varios días sin llamar a su madre, la cual tenía un mosqueo de órdago a la grande, que no aceptamos por que con duplex guarros no vamos a ningún lado y menos a Benidorm.

Marinho - ¡Álo!, ¿comment ça va? (Como todo el mundo sabe en los pueblos interiores del sur de Noruega hablan un dialecto del hebreo originario del sur de Madagascar, país sin costa situado al norte de la actual Unión Soviética, idioma que nada tiene que ver con el que hablan en el resto de Noruega, que es el gallego.)

Madre del hombre urbanita de los pueblos interiores de Noruega - ¡Nort tokerme mais los ovos! (Traducción: ¡Bien! ¡Gracias por llamar!)

M - ¿Comment t’appelles-tu?

Madre del hombre urbanita de los pueblos interiores de Noruega – Mª Dolores López De Guzmán, takk av undre, men tituleres kander mor. (Traducción: Mi nombre es Mª Smertes Som Of Uggman, originario y típico de estas tierras. Su linaje procede de los más antiguos vástagos que poblaron hace milenios estas calurosas tierras australianas. Aquí se formo un gran reino republicano donde adoraban la merluza con vuelta y vuelta con un poquito de pimienta y rebozada en harina del mar. Este reino perduro durante unos largos días, exactamente dos días y cuatro horas, para luego ser arrasado por los Swahili allá por la época del seiscientos y así hasta nuestros días y horas. Gracias por interesarte por nuestra cultura, por cierto puede llamarme mama, cielo).

M – Yendo al tema, ¿Cómo, según su madre, le afecta al hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega la revolución eco-sistema de las diferentes variantes tangibles del parlamento greco-neo zelandés en su vida actual, también presente en la vida cotidiana del hombre gañan de los pueblos exteriores del norte de Finlandia?

Mama - ¡UFF!, ei besvare uten advokat, maw or caliscum querellum. Seiz henvendelses nar aol oritak. Lavaderom bekledning ma gutt tor under ovos. (Traducción: En nada).

M - ¡Hombre!, en algo si, ¿no?

Mama - ¡Javel!, inmon lite hvis, mitt barny grogilly, finlander os cujons, ¿nor celle? (Traducción: Ya que se empeña, y lo hago en contra de mis últimas voluntades propias y ajenas. Hace tiempo que mi hijo va con compañías que no le conviene nada. Son esos malditos elefantitos rosas, que viven a costa de mi pobre hijo y no me caen nada bien ya que así no hay quien los coja al vuelo. Siempre bebiendo, fumándose a una tal Maria, ¡pervertidos!, y de juerga todos los viernes hasta el lunes en la habitación de mi hijo. Esos elefantitos rosas no son de fiar, querido amigo, están a mi hijo comiéndole la cabeza con patatas y ketchup de alubias…no se, hubiera preferido que se hubiera ido con una mujer, ya sea buena o mala, por que ud. debería ver a mi hijo ¡uff!, no hay por donde cogerle, está muy gordo y con casi 50 años y no hay quien le eche de esta casa. Debe ser la crisis de los 30, aunque yo creo que todavía le coge algo joven, pero la culpa de todo esto lo tiene su amigo el hombre gañan de los pueblos exteriores del norte de Finlandia, ¿no cree?

M – Ya, ya, a lo que se refiere, es la fase que se denomina como el teorema de “Pedrobread” o también llamado por los anglojamones de pezuña teñida “cada día que pasa me duele más los riñones al levantarme cada mañana para ir a trabajar”. Todo esto tiene mucha relación, como ud dice con la posible similitud con el enigma enigmático que tiene al hombre gañan de los pueblos exteriores del noroeste de Finlandia, país situado al otro extremo del globo terráqueo terrestre, con sus constantes contactos con elefantitos, no rosas, sino amarillos. Lo que nos cuenta no solo le sucede a su hijo, sino al resto de los hombres urbanitas de los pueblos interiores del sur de Noruega, señora.

Mama - Unnskyld lys finlander, jeg dø af merde sønn le etterfølge et eller annet. Aldry tilgi mua, jeg mataryle ud., ditt begripe min, klovn. (Traducción: A mí, el filipino también me preocupa, Me tiene ud. en pascuas sobre estos enigmas)

M – Creo que se corta la señal…”pi, pi, pi, pi” comunica, comunica…pierdo la señal…”pi, pi, pi, pi”.

Tras está inútil pero en cambio intrascendente conversación con la madre del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega, y tras recibir un comunicado por vía nasal donde nos informan que desde hoy y no mañana, somos personas no gratas en Noruega y sus alrededores más alejados, incluyendo parte de sus islas del Pacifico, y Finlandia también (haciendo amigüitos en todas partes), nos echamos una siestecita corta, siete horas, que tras tanto trabajo uno necesita, por ley un descansito.

Tras analizar todo lo acumulado y lo no acumulado, sin interés y sin ganas, hemos llegado a la gran e irrefutable conclusión que hay que pedir otra ronda en el bar de la esquina, es la única forma de coger interés a nuestro ¿trabajo? sobre el hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega.

Tras terminar con la existencia, de nuevo, de cerveza, ron, ginebra… y cacahuetes del bar, dimos finalizado el estudio tras tener contacto con los elefantitos rosas, que estos, entre tercio y tercio y cuarto y copazo, nos confesaron que están hartos de tanto ajetreo y que se van a pedir la jubilación anticipada que no aguantan ya al hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega, es un pesado, y tampoco aguanta ni su ritmo ni el nuestro de consumición de alcohol y así no se puede trabajar.

La despedida fue muy triste, lloramos todos, nos abrazamos todos, hasta el dueño del bar, eso sí antes ya nos había cobrado una pasta con tomate y queso rallado y ni siquiera tuvo el detalle de invitarse a una ronda, el muy tacaño.

Pero por misteriosos caminos que tiene la vida, que aun no recuerdo, será posiblemente por los litros de alcohol absorbidos, aunque aun no tengo pruebas de ello. Pues eso, por lo que sea, desconozco cualquier indicio o final de como pude terminar en la comisaría compartiendo la celda con un elefantito, pero no rosa sino amarillo, que no dejaba de quejarse de lo maniático que llegaba ser el hombre gañan de los pueblos exteriores del norte de Finlandia, al que creo que acusan con el dedo de asesinar a sangre templada y luego de comérselo con patatas guisadas y con chorizo de Segovia. A este suceso le llame el teorema “Si me olvido de coger las llaves de casa, ese día dormiré en el banco del parque que hay junto a mi casa”, también llamado por filósofos de la escuela de conducir “Beber no es el problema, es la solución”, llegando a la conclusión que nunca se debe dar de comer después de las doce de la noche al elefantito amarillo, que luego no duerme y se llena de gases. Tampoco se debe poner al elefantito bajo la lluvia, se podría mojar y así coger frío y terminar con un gran constipado.

Pero la tesis más concluyente, fue elaborada por la mujer de la limpieza, a su vez mujer del dueño del bar, y recientemente conocida por “el hombrecillo verde”, que los elefantitos, tanto los rositas como los amarillos están hasta los cojones, además ese noruego es mariquita y su novio es el finlandés. Tesis que podriamos compartir...pero salvo lo último...no queremos más querellas, que ya llevamos unas cuantas.

Tras estas sabias pero en cambio insubstanciales palabras, seguimos esperando sus dudas sobre estos temas y otros aun por descubrir. El equipo de “la historia nada no nos enseñará nada” intentará solucionar todas sus grandes dudas, aunque tengamos que mentirles, la verdad no existe, se transforma. Nosotros siempre estaremos a sus disposiciones, y a la parte femenina que nos siguen, pueden dejar hasta su número de teléfono, nosotros ante nuestras fans, cualquier cosa. Seguimos ¿trabajando? aunque aun estamos hasta el cuello de querellas y creo que hoy nos hemos ganado alguna más, gracias.

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