Rey del Dolor

lunes, 7 de mayo de 2007

El hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega


Hoy trataremos una de las grandes dudas que corroen al mundo actual, la que deriva de la diversidad del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega y su influencia decisiva en la comunicación entre la hormiga atómica de gran cabeza enriquecida de uranio de los Pirineos de la costa Este y no otra y la ballena gris cobalto de los ríos Tigris y Tajo.

Tras una exhaustiva investigación del equipo de “la historia no nos enseñará nada” de una hora larga, de al menos 68 minutos, hemos llegado a conclusiones nada claras y algo extrañas sobre la verdadera complejidad que hay entre lo anteriormente citado, que no llego a recordar, y la reproducción asistida del mejillón verde salado salvaje de aguas dulces del Antártico y esa realidad social pragmática de las alubias moradas marinas de aguas amargas con el hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega.

Tras consultar a varios expertos sobre la materia que hoy tratamos, los cuales nos han dejado con las mismas dudas o más, hemos descubierto que la felicidad de la meditación brahmática sobre la brevedad de la vida más absoluta del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega es consecuencia directa del dilema existencialista del hombre moderno del norte de Marruecos, que en su afán de intentar descubrir nuevos caminos que le alejen de su casa, pero siempre termina cogiendo el camino que le lleva a su esposa, que según comentan expertos, debe ser portuguesa.

Todo esto involucra a una reacción en cadena de toda la vida humana a las migraciones masivas de los caracoles carnívoros indoeuropeos que según prestigiosos científicos, también consultados por nuestro equipo, nos han comentado que también tiene mucho que ver todo esto con la reproducción pacífico-oceanográfica del berberecho salvaje homosexual de nuestra fauna marino-mediterránea extremeña pero nada que ver con la presunta, y digo presunta homosexualidad del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega ni tampoco con los pueblos exteriores de dicho país australiano.

Con todo lo recogido en nuestra exhausta investigación, puede que esta última idea expuesta sea la razón más convincente por la que se deduce que el estado psico-depresivo habitual del hombre contemporáneo del norte de Kentucky, isla situada al noroeste de Islandia, se traduce en una descomunal borrachera. Esta tajada se debe coger a base de vodka con un poquito de ginebra y todo ello mezclado con rico zumo de limón, sólo acto para mentes abiertas a dolores de cabeza y grandes resacas. Prueba que se hizo y en numerosas ocasiones, para comprobar su veracidad por parte del equipo completo de “la historia no nos enseñará nada” y con solo por motivos científicos, con lo cual aun no hemos sacado nada en concreto y seguiremos trabajando en ello por el bien de la ciencia.

Pero aun así este tipo de trompa, no muy diferente al resto, no se conoce todavía por qué perverso método aparecen sin quererlo unos simpáticos elefantitos rosas, con los cuales un servidor ha tenido grandes conversaciones profundas sobre la materia femenina y sus consecuencias a largo y corto plazo. A esta primera fase inicial del coma etílico denominado de “por si” o también la del “filósofo borrachín”, es la primera y única fase que recuerda el susodicho borracho o al menos yo.

Se ha comprobado científicamente que también se han registrado casos en los efervescentes individuos escogidos para tal estudio aseguran haber visto hombrecillos verdes con grandes orejas en vez de los mencionados elefantoides rosas. Tal vez confundieron a la señora de la limpieza con tal hombrecillo verde. Pero también hay quien asegura haber visto que la verdad esta ahí fuera y no dentro de la nevera.

Tras recapitular todo lo anterior y eliminando lo que no me da la razón y lo que no lleva a ningún sitio, hemos llegado a que la conclusión más aceptada hoy en día es el siguiente teorema: “cuando llueve…te mojas”, también llamado el teorema: “si me doy con un martillo en el dedo gordo del pie derecho, seguramente y sin ser un experto en dicha materia me dolerá mucho”, que nada tiene que ver con el tema principal que hoy tratamos.

Para resolver esta cuestión sobre el hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega y otras cuantas más que nos inquieta, decidió mi equipo, que no yo, en consultar con fuentes fiables de la parapsicología cimborio-prehistórica de los siglos posteriores al barroco y anteriores al siglo XXI. El experto mayor conocido, y posiblemente único, es el Doctor Giuseppe Topolilo Ipícolotodo, con el cual tuvimos una, llamémoslo, agradable conversación.

Marinho – ¡Buona sera!

Dr. G.T.I. – Geeerrr!!!!!! (Traducción: ¡Que!, perdoné caballero pero no conozco esa extraña lengua en la que me habla!).

Dr. G.T.I. – Jankulosli en su geo pater, amigi, “Pe” (Traducción: amigo puede llamarme “Pe”)

M – Sin más divagaciones, vayamos al tema que nos trae. Oiga, ud. que es un hombre versado en el tema, explíquenos de que diablos va todo esto del dilema o teorema aglosajonado sobre el urbanista noruego de los pueblos interiores actual y su actividad fraternal con el escarabajo verde y la adicción de este a la playstation 2.

Dr. Pe. – Jou, jou…ne mi porte una merde, chu pis y no galen ni jota. Ich bin hakuna matata jurtanaza ande, ande la marimon an kiki coan ya leches, ji, ji, ji. (Traducción: si, si…, ya entiendo. Yo nací en una bella mañana del mes de diciembre de hace ya varios siglos. Fue un 32 para ser más exactos a las 25:61 hora terrestre y las seis menos cuarto de la tarde en hora lunar. Nada más nacer fui aducido y entonces tuve una experiencia extrasensorial-alienígena con Dios que me relevó, siempre bajo secreto confesional, que la posibilidad de que visitará alguna vez a un siquiatra a lo largo de mi vida era muy elevada. También averigüe cual era la vocación real de mi vida: cantante de rock drogadicto, pero como se me da mal tocar la guitarra y mi voz es horrible, decidí investigar este dilema. Eso si, a las drogas aun le doy.

Mayormente pienso joven, que es mejor la vida del hombre dejuntivitis del pastel canario al horno con un poco perejil que la rutina del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega. La deducción de todo esto tras varios y largos años conviviendo con los especimenes nombrados, tiene que ver con la definición de hombre estofado o en su punto, y las ventajas del cultivo del champiñón rojo borreguero en botes salvavidas amarrados entre sí. Con lo cual las anidaciones del cóndor marino de canto gregoriano de América del este, este del mapamundi recto y la segunda la izquierda tras la primera rotonda, es una de las constantes vitales necesarias para que, según el celo de esta ingeniosa ave devora-pasteles canarios y en proporción a los huevos que albergan en sus adosados, se insulte al taxista de turno que se te cruza y nos enseña su precioso dedo corazón en tan hermosa velada romántica.

Con todo y con menos, llegamos al tratado conjuntivista de la mujer contemporánea, que no tiene que ser precisamente de Noruega, cualquiera me vale, ya que a mi edad, joven, uno no esta para elegir. Volviendo al tratado, este tiene como reacción la apertura liberalista de los sex shop de Villacenutrios del Botijo, mi pueblo natal situado junto al mar al este de Suiza, país andino como sabe ud., descubierto por los portugueses en uno de sus variados viajes estelares. ¿De que estaba hablando? ¡Ah!, y con la ayuda del Sindicato Nacional de la Protectora del Abejorro Lechero (SNPAL), que ha embaucado a las mujeres públicas de la ciudad a que durante el verano caluroso manifiesten su aberración hacía la posible imposición de pagar un canon por cantar “Asturias patria querida…” cuando uno este con la cogorza del fin de semana, eso si siempre en compañía de los elefantitos rosas, ja, ja…).

M - ¿Cree Dr. Pe que esto tiene alguna solución real o única o es un endomorfismo aplicado a las sensaciones extralingüísticas que últimamente sufre el hombre de los pueblos interiores o exteriores del sur de Noruega, ya sea urbanita o gañan?

Dr. Pe – I zinnin dat yu na tonai. Goma isi al heberi tor offo, is juro po snopi q na e lial jurso kovalski torno ni de atros en vita y me no merde, bicos de gomes jaf ol ba ol culpa of de to to to. Le gañan is pirson intelectual XXI, jalumen to el jamon y pirate y gjive de pirs q lla toi from gües de yus ansger, joder!!!(Traducción (uff): No, no lo creo…).

M – Ya… claro, seguro que ha querido decir eso…

Dr. Pe – Was? (Traducción: ¿Qué cojones dice? ¿A que le pego una ostia por hablar?).

M – Nada, estooooo…ejem…quiero decir, no se ponga así, aun soy nuevo. Entonces y para terminar; ¿Considera ud. Dr. Pe que el dilema que nos ha explicado tan detalladamente es consecuencia de la bajada de precios de la merluza africana interior por la indebida inflación de la arabesca-cristiana o euribor-judeomasónico de las colonias andorranas en el mundo exterior o también se puede considerar que es una estrategia del gobierno japonés para legalizar la caza del papagayo cabezón con escopetas de feria?

Dr. Pe – Jou, jou… marki no me kere ante tiste anteno chono ma isrwert mimi. (Traducción: Todo es la consecuencia de que mi mami ya no me cuenta cuentos por la noche para dormir).

M – Gracias Dr. Pe, por sus polémicas que no nada interesantes palabras. Su breve explicación me han llenado de más confusión y no dejarán impasible a nadie, seguro.
Dr. Pe – Jcfhsdotp rheighdiog ejfiefjeiouj tu put... mater. (Traducción: ¿?¿?¿?)

Tras esta coloquial y ridícula conversación, aun seguimos sin tener una conclusión concreta sobre la vida actual del hombre urbanita de los pueblos interiores del sur de Noruega y su efecto sobre la congelación del desierto existente en el Polo Sur.

Mi equipo y yo mismo, seguiremos investigando sobre este tema y alguno más, sobre todo lo de los elefantitos rosas. No dejen de preguntar sus dudas y aunque no sepamos contestarlas, le mentiremos como bellacos y creerá lo que le digamos, pero si ud. es de los pueblos interiores del sur de Noruega, por favor tómeselo con humor, al fin y al cabo es por su bien y sobre todo por que no queremos más querellas, gracias.

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