Rey del Dolor

martes, 6 de febrero de 2007

Aguanta corazón herido


Aguanta corazón herido aun más fuerte debe ser tu latido. Mejor hubiera sido haber nacido frío, aun abrirte no se si debería, no me veo con fuerzas para poder intentarlo. Aun no reconozco lo que fue mío, mis sentimientos entre cada latido se pierden. No se si podré soportarlo, mejor haber nacido insensible y no tan sensible. Tal vez haya nacido bajo esos signos de estrellas furiosas pero la lección una vez aprendida será muy difícil de olvidar.

Todo cae hacia el mismo lugar, aun por ello estoy muy abatido. Mi ilusión bajo el mar se ha hundido y en un fondo de saco se ha olvidado. Debo secar mis lágrimas que por el viento han sido esparcidas. Debo alejarme de aquí, no se si es bueno para mí ver todo lo que se destruye a mi alrededor y no poder hacer nada. Creo que ya estoy derrotado con mis sueños ya quebrados, como el cristal hechos añicos. No hallaré más que un solo camino pero nunca sabré si ese es mi decisivo destino.

Aguanta corazón herido sé que aun no te has ido, aun noto mis débiles latidos. Mi sangre corre tan densa a través de mi débil rostro, con mis únicos recuerdos perdidos tras una álgida brisa procedente de un océano negro. No debo correr tanto, no se si sigo algún rastro. Cada latido es mi razón de existir en esas largas noches donde el sueño no me llega a invadir. Al cerrar los ojos siempre veo angelicales rostros susurrándome al oído que vienen a por mí entre los ocultos vacíos de la existencia humana. Hay cosas que aun debo meditar con mi corazón roto en pequeñas piezas ahogado entre sus propias lágrimas caídas por la desesperación de ver que todo lo que me rodea se descompone así mismo.

Es como gritar al aire o protestar por la injusticia recibida. Nunca se esta equivocado, nunca hacer promesas que luego se romperán. Es como cantar al viento o escribir sobre un lago, y coletear como pez entre las manos y luchar por evitar que alguien me pueda ayudar.

Aguanta corazón herido, no debo caer en lo absurdo. Mejor haber sido latiente para no sentir dolor en mí que me estrangula como una serpiente en busca de su festín. Tuve que consultar todo libro que conozco para calmar todos estos sentimientos que tanto me atormentan. No caeré en el olvido, sólo por ahora estoy herido.

Murmullos de melancolía, la lluvia no deja de caer sobre mí. Dañada mi fe, no se sí podré aun lograr, creo que me sobra la sed, llegar a mi hogar y arrinconar todo lo que me persigue. Aun no llego a rezar por algo que ya se convirtió hace años en humo. Solo me queda el consuelo de que no caerán más muros sobre mí. Pero me hundo como piedra lanzada al fondo del océano con toda mi lógica ahogada en un mar de emociones, son lágrimas por aquellas ocasiones que algún día no llegue a conseguir. Ya perdí la fe en todo, ya no hay nada que por mi se pueda hacer.

No hay comentarios: