Hemos vuelto, ya estamos aquí. Tras una fase de desidia total de todos nuestros órganos vitales, pocos, pero alguno nos queda. Queremos, con el becario a la cabeza, por si hay que pegar a alguien, contaros nuestro mundo bajo nuestra múltiple visión, a veces borrosa por el alcohol…, bueno, siempre borrosa y triplicada.
Tras experimentan cosas paranormales y estar a punto de ver lo que hay al otro lado, hemos decidido que a partir de ahora vamos intentar volver ser los que éramos o peor, tras estos largos meses de inactividad total por falta de inspiración, de tiempo, de alcohol y de talento…bueno, para ser honestos, el talento nunca existió dentro de este equipo, salvo algo por parte del becario de la redacción a la hora de hacer los cafés.
Volvemos tras pasar meses perdidos en las grandes montañas nevadas de Madagascar. Allí vivamos como unos ermitaños hostiles y cascarrabias, donde realizamos estudios sobre cual es comportamiento del ser humano y cabral del siglo XXII y todo lo que se supone de su evolución ínter espacial a través de la filosofía ancestral del transito supino y el canon impuesto por el gobierno. En fin, que tuvimos que huir por que sino nos apedreaban por herejes y brujos al grito de “¡Muerte a los del SGAE!”. Algo que al hombre urbanita de los campos polares del sur de Nigeria le tiene sin dormir y también sin comer, aunque creemos que la causa de esto último puede ser otra, que aun no lo tenemos localizado.
En este tiempo el único que no dejo su espíritu de trabajo fue el becario. Ha pasado estos largos meses trabajando en un almacén clandestino chino en Taiwán cosiendo zapatillas de una conocida marca deportiva (la publicidad gratuita solo es para la cerveza y derivados del alcohol, que son los que nos da la inspiración), por un miserable sueldo, que posiblemente mejora el que nosotros le damos, por ello el muy jodio no quería volver con nosotros.
Vuelven las historias, las locuras, las mentiras, el surrealismo…si sigo así me hago político, que ganaré más dinero y me podré jubilar y mandar todo a la mier…, pero siempre recordar, la historia nunca nos enseñará nada. ¡Hasta pronto!
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